Acceptance Speech by Berenice Celeyta

1998 Robert F. Kennedy Human Rights Award Laureate
RFK Human Rights Award Ceremony
November 9, 1998

To the Robert F. Kennedy Memorial, to Mrs. Robert F. Kennedy, to Senator Edward Kennedy, to Kerry Kennedy Cuomo, to the members of the Kennedy family, and to his holiness the Dalai Lama, spiritual leader who guides us on the path of defending humanity, I give my thanks for the recognition that you give to us today.

In the midst of the pain caused by the human rights violations that exist today in our country and by the worsening of the war and the memory of the thousands of victims of political violence, we received the news that Colombians had been chosen to receive the most important human rights award in the United States.

In the pages of our long history of violence appear the names of extraordinary people, hardworking campesinos, workers, indigenous people, human rights defenders, all of them tireless fighters who dedicated their lives to the search for justice and died because of it. In receiving the Award today, we must remember the more than 35,000 Colombians who have been killed by political violence since 1968.

One of the cruelest forms of violence that has occurred in Colombia in the last decade is forced displacement. More than a million and a half Colombians have had to leave their homes as a result of the barbarity of paramilitary groups. Often with the complicity and collaboration of state agents, these displacements occur in areas that are particularly important economically and geopolitically. Regions that have abundant natural resources like oil and gold.

Forced displacement causes the rupturing of the nuclear family and social groups and tears the social and cultural fabric.

Recently, two thousand campesinos and miners in the Middle Magdalena region and seven thousand residents of Catatumbo were forced to leave their farms and places of work to seek refuge in schools and parks. This came after repeated and systematic incursions by paramilitaries, in which the families of the displaced were victims of massacres and murders. These campesinos insisted to the Colombian government that the only thing they wanted was to live. During the months of negotiation, twenty-four of them were killed.

After four months of arduous negotiation with the government of President Pastrana, on October 4, the campesinos of Middle Magdalena signed an agreement that committed the three branches of government to provide full protection for the return of these campesinos to their homes.

Despite this agreement, the people who spoke as representatives of the displaced population found themselves seriously threatened. On October 30, three of these individuals were detained at a roadblock apparently installed by men who identified themselves as paramilitaries. Neider Jose Garcia, Martin Mejia, Oscar Saiz Pena, Valdiris Chamorro appeared the second of November in a common grave. For them and their families, we can do no less than commit ourselves to establish the facts and seek truth and justice. Only in this way will we make possible a more humane society. For everyone subjected to forced displacement, exile and any other form of violence, we must remember the words of Gardinelli, "If they force you to forget, give them back memory. They won't know what to do." The only thing that we cannot commit ourselves to is forgetting.

Back to RFK Awards Go to News index

 


 

Discurso de Aceptación de Berenice Celeyta

Ganadora del Premio de Derechos Humanos Robert F. Kennedy 1998
Ceremonia de Premiación
9 de noviembre de 1998

Al Robert F. Kennedy Memorial, a la señora Robert F. Kennedy, al Senador Edward Kennedy, a la señora Kerry Kennedy Cuomo, a los miembros de la Familia Kennedy y a su santidad el Dalai Lama, lider espiritual que nos guia por la senda de la defensa de la humanidad, doy mis agradecimientos por el reconocimiento que hoy nos hacen.

En medio del dolor por la aguda situación que vive nuestro país en materia de violación a los derechos humanos, del recrudecimiento de la guerra y del recuerdo de miles de victimas por la violencia política, recibimos la importante noticia que Colombianos habia sido selecionados para recibir el mas importante premio de derechos humanos de los Estados Unidos.

Al pasar las paginas de nuestra larga historia de violencia, aparecen los nombres de personas extraordinarias, campesinos laboriosos, obreros, indigenas, defensores de derechos humanos, todos ellos, luchadores incansables, que dedicaron su vida a la busqueda de la justicia y perecieron por ello. Al recibir este premio hoy, no podemos dejar de recordar a las mas de treinta y cinco mil víctimas, en nuestro país, desde 1968.

A ellos se une hoy, una de las mas crueles formas de violencia que se ha impuesto en Colombia en la ultima decada: el Desplazamiento Forzado. Mas de un millon y medio de Colombianos han debido abandonar sus lugares de origen tras la barbarie de los grupos paramilitares. Estos hechos que se producen en muchos casos con la connivencia y colaboración de agentes estatales, tienen ocurrencia en zonas especialmente importantes tanto economica como geopoliticamente. Regiones de abundantes recursos naturales como el petroleo y el oro.

El desplazamiento forzado ocasiona la ruptura del nucleo familiar y social de sectores organizados y trae consigo consecuencias irreparables como el desarraigo, la imposición de nuevas formas de sobrevivencia, desintegración familiar, el rompimiento del tejido social y del entorno cultural.

Recientemente en nuestro país doce mil campesinos y mineros del Magdalena Medio y siete mil pobladores del Catatumbo se vieron obligados a salir de sus fincas y lugares de trabajo, para hacinarse en escuelas, colegios y parques, luego de reiteradas y sistematicas incursiones paramilitares, en las que sus familiares y amigos fueron victimas de asesinato selectivo o masacre. Estos campesinos insistieron al gobierno que lo unico que querian era VIVIR. Durante los meses de negociación veinticuatro de ellos fueron asesinados.

Tras cuatro meses de arduas jornadas de negociación con el Gobierno del presidente Pastrana los campesinos del Magdalena Medio lograron el cuatro de octubre de este año, firmar un acuerdo que compromete a las tres ramas del poder publico a brindar plenas garantias para su retorno en condiciones de seguridad y el total respeto a sus derechos fundamentales.

Pese a estos acuerdos, los voceros que participaron como representantes de la comunidad se encuentran seriamente a menazados. El 30 de octubre pasado tres de estos dirigentes fueron detenidos en un reten en el Municipio de San Pablo Bolivar, al parecer instalado por hombres que se identificaron como paramilitares.

Neider José García, Martín Mejía, Oscar Saiz Peña, Valdiris Chamorro aparecieron el 2 de noviembre en una fosa comun. Con ellos y con sus familias no podemos menos que comprometernos a esclarecer los hechos, buscar la verdad la justicia y la reparación integral, solo así haremos posible una sociedad mas humana. Por todas las personas sometidas al desplazamiento forzado, al exilio y a cualquier otra forma de vilencia debemos corear las palabras de Gardinelli, "Si te obligan al olvido, devuelveles la memoria no van a saber que hacer." Pues lo unico a lo que no nos podemos comprometer es al olvido.

Regresar a Premios RFK Go to News index