The Association of the Families of the Disappeared (ASFADDES) was founded in 1982 as a result of the disappearance of 12 students of the Universidad Nacional and Universidad Distrital of the city of Bogota, in March 1985 it was granted power of legal representation. By our very identity all of our activity is dedicated to three objectives: truth, justice and integral repair. During those 16 years we have had to confront not only the pain of having lost loved ones, but also repression, harassment and threats because of our work and insistence that in Colombia those responsible for the forced disappearances receive a just punishment.
In our daily lives we have been overcoming, collectively as well as individually, some psychological traumas that leave us the disappearances as their consequences and against that we have organized and are realizing reporting work, even against those who through their threats and harassment want to silence us.
In the practice of our work we have learned to recognize the disappearances and differentiate their various modalities, accepting with pain that in 70% of the disappearances, our loved ones are found dead with evident signs of torture after a certain time period.
That is why together with other human rights organizations that today make up part of the Coordinación Colombia-Europa, we have joined and strengthened forces, so that in our country disappearance and related actions be designated as a crime.
Gloria joined ASFADDES when her colleague and father of her first daughter, Carlos Víctor Ortega, disappeared on August 29, 1989. From then on, and in search of Carlos, she not only cared about her family, but also did her share in taking measures for all of Colombia's disappeared. Twice she has been part of the Board of Directors of the organization; the first in 1993 as General Secretary responsible for the area of reporting, and now as President. In 1995 she was forced to leave the country due to constant threats and harassment. Through her work she has lived closely to what has been the tough journey for designation of disappearance as a crime.
Gloria is currently is finishing her law studies at the Universidad Autónoma de Colombia, studies that in various instances had to be suspended due to threats.
On behalf of the 60 non-governmental human rights organizations that make up the Coordinación Colombia-Europa, and in the name of defenders of human rights, I extend warm greetings and our thanks for such honorable recognition through the Letelier-Moffitt Award that today is presented to us as recognition of our work.
The award to us shows support to the work that each and every one of us does for the defense of human rights in our Colombia. The grave human rights situation in Colombia that has been present since the past decade, has led us to shape a coordinating body of non-governmental human rights organizations in order to unite forces and strengthen international attention to the Colombian issue.
This recognition that we receive today is an acknowledgement to the many efforts that we have put forth in this difficult but very rewarding task, and more so today when we human rights defenders find ourselves so vulnerable due to the inherent nature of our work.
With this recognition we also pay homage to the many victims of disappearances, extrajudicial executions, massacres, displacement, genocide, and torture that we have denounced and for which we have demanded justice. It is also a recognition of those defenders of human rights that have been assassinated like Mario and Elsa, Eduardo Umaña Mendoza, Josué Giraldo, Jesús Maria Valle, Alirio Pedraza, Javier Barriga and many others that today are no longer amongs us and whose legacy is our memories of themselves and of their work..
Today more than ever we feel that our cause is recognized as just and legitimate, in spite of much harassment and persecution, even to point of reaching the outrageous: the criminalization of our work. The defense of human rights has been compared with subversive activities, labeling as suspect visits to persons under arrest, denouncements against some members of the public forces for human rights violations, proposals for constitutional and legal reforms, and international denouncements, among others. And such things have happened to some members of the NGOs that today are part of the Coordinación and to the organizations themselves.
The organization that I represent, ASFADDES, has been yet another one of these victims, not only of the persecution as human rights defenders, but as an organization of family members of the disappeared. As such, we receive the award as much as in the name of human rights defenders as in name of the victims of human rights violations in Colombia and of their family members .
We believe that your role as the international community has been fundamental in the struggle for respect for human rights in our country. We feel that with your solidarity we are plowing together this sea of difficulties, but also of hope and life. Let this be the opportunity to thank you and at the same time ask that you continue with your stubborn conviction in helping us to attain human rights in Colombia. We are convinced that with this teamwork we contribute to building a more just and democratic society.
I could not finish without stressing the pride that ASFADDES feels of being part of the Coordinación Colombia-Europa and part of its working team because the Coordinación facilitates the activities that as human rights organizations we perform every day.
La asociación de familiares de detenidos desaparecidos se fundó en el año de 1992 a raíz de la desaparición de 12 estudiantes de la universidades Nacional y Distrital de la ciudad de Bogotá. En marzo de 1985 le fue concedida personeria jurídica. Nuestra asociación agrupa y está integrada por familiares de detenidos desaparecidos. Por nuestra misma identidad toda nuestra actividad esta dirigida en torno a tres objetivos: verdad, justicia y reparación integral. Durante estos 16 años hemos tenido que afrontar a más del dolor de haber perdido un ser querido, la represión, los hostigamientos y amenazas por nuestro trabajo y la insistencia porque en Colombia los responsables de las desapariciones forzadas reciban un justo castigo.
En nuestro diario transcurrir hemos superado tanto colectiva como individualmente algunos traumas sociológicos que nos deja como secuelas la desaparición forzada y contra ello nos hemos organizado y realizamos trabajo de denuncia, en contra incluso de quienes a través de sus amenazas y hostigamiento quieren acallarnos.
En la práctica de nuestro trabajo hemos aprendido a conocer la desaparición forzada y diferenciar sus diferentes modalidades, aceptando con con un nuevo dolor que en un 70% de las desapariciones, nuestros seres queridos aparecen muertos y con evidentes signos de tortura después de cierto tiempo
Por ello junto con otras organizaciones de derechos humanos que hoy hacen parte de la Coordinación Colombia-Europa, hemos aunado e impulsado esfuerzos, para que en nuestro país la tipificación de la desaparición forzada y las conductas derivadas de ella sea una realidad.
Gloria se vincula a ASFADDES, en 1989, cuando es desaparecido su compañero y padre de su primera hija (Carlos Victor Ortega Chicunque, detenido desaparecido el 29 de agosto de 1989), desde entonces y en la búsqueda de Carlos, ya no sólo se preocupó por su propio familiar sino tomó suyo también el realizar gestiones por todos los desaparecidos de Colombia. Ha hecho parte en dos consejos directivos de la asociación; el primero en 1993 desempeñándose como secretaria general y responsable del área de denuncia, y en el actual consejo directivo. En 1995 tuvo que salir del país por las constantes amenazas y hostigamientos por la labor que desempeñaba; en el contexto propio de su trabajo ha vivido muy de cerca lo que ha sido el duro recorrido por la tipificación de la desaparición.
Gloria en la actualidad se encuentra terminando sus estudios de derecho en la Universidad Autónoma de Colombia, estudios que en varias oportunidades por las amenazas ha tenido que suspender. En la asociación en la actualidad asume el cargo de presidenta de la asociación de familiares de detenidos desaparecidos.
En nombre de las 60 organizaciones no gubernamentales de derechos humanos que hacemos parte de la coordinación Colombia-Europa y de los defensores y defensoras de derechos humanos, extiendo un afectivo saludo y nuestro agradecimiento por tan honrado reconocimiento a través del Premio Lettelier-Moffit, que hoy se nos entrega, como reconocimiento a nuestra labor.
El premio para nosotros es un respaldo al trabajo que todos y cada uno realizamos en pro de la defensa de los derechos humanos en nuestra Colombia. La grave situación de derechos humanos que desde la pasada década se vive en nuestro país, nos llevó a conformar una coordinación de las organizaciones no gubernamentales de derechos humanos, para aunar esfuerzos de cara a fortalecer la atención internacional sobre el tema colombiano.
Este reconocimiento que hoy recibimos es una valoración a tantos esfuerzos que hemos realizado en esta dura, pero muy gratificante actividad, mas aún cuando hoy en día los defensores de derechos humanos somos tan vulnerables por las gestiones propias de la labor que desempeñamos.
Con este reconocimiento se rinde también un homenaje a tantas víctimas de desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, masacres, desplazamientos, genocidios, y torturas que hemos denunciado y frente a las cuales hemos exigido justicia; pero es también un reconocimiento a aquellos defensores de derechos humanos que han sido asesinados como Mario y Elsa, Eduardo Umaña Mendoza, Josué Giraldo, Jesús María Valle, Alirio Pedraza, Javier Barriga y tantos otros que hoy no nos acompañan, de los cuales sólo nos queda su memoria y los recuerdos de su labor.
Hoy más que nunca, sentimos que nuestra causa es reconocida como justa y legítima, a pesar de existir tantos hostigamientos y persecuciones, incluso hasta llegar a lo más inaudito: la judicialización de nuestro trabajo. Se ha llegado a equiparar la defensa de los derechos humanos con actividades subversivas, señalando como sospechoso las visitas a detenidos, las denuncias contra algunos miembros de la fuerza pública por violaciones a los derechos humanos, algunas propuestas de reformas constitucionales y legales, y denuncias internacionales, entre otras. Tal y como ha ocurrido con algunos miembros de ONGs y organizaciones mismas que hoy hacen parte de la Coordinación.
La organización que yo represento, ASFADDES, ha sido una más de estas víctimas, no sólo de la persecución como defensores de derechos bumanos, sino como organización de familiares víctimas de la desaparición forzada de personas, y como tal, recibimos el premio en nombre tanto de los defensores, como de los familiares y las víctimas de las violaciones a los derechos humanos en Colombia.
Creemos que su papel como comunidad internacional, ha sido fundamental en la lucha por el respeto a los derechos humanos en nuestro país. Hemos sentido que con su solidaridad estamos arando juntos en este mar de dificultades, pero también de esperanza y vida. Que sea esta la oportunidad para agradecerles y a la vez pedirles que continúen con su terca convicción de ayudarnos en la conquista de los derechos humanos en Colombia. Estamos convencidos que con esta labor conjunta contribuímos a la construcción de una sociedad más justa y democrática.
No podría terminar esta intervención sin resaltar que para ASFADDES, hacer parte de la Coordinación Colombia-Europa y de su equipo operativo es un orgullo, ya que nos posibilita la coordinación de algunas actividades que como organizaciones de derechos humanos realizamos en nuestro diario actuar.